OBSTRUCCIÓN CONGÉNITA DEL CONDUCTO NASOLAGRIMAL

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1. portada   La obstrucción congénita del conducto nasolagrimal es una afectación del recién nacido bastante frecuente (6% de todos los niños lo presentan al nacer). Es una malformación del sistema de drenaje de las lágrimas desde los ojos hasta el interior de las fosas nasales. Como las lágrimas no drenan bien por su “desagüe” fisiológico, salen por la parte anterior del ojo y caen por la mejilla de forma constante.

ANATOMÍA DEL CONDUCTO NASOLAGRIMAL

2. anatomía  En un bebé sano, la lágrima se fabrica en la glándula lacrimal, se vierte a la parte anterior del ojo para mantenerlo humedecido y limpio. La lágrima sobrante y la suciedad desaparecen del ojo por los puntos lacrimales, dos puntos que se encuentran en el párpado superior e inferior, cerca de la nariz. Desde allí la lágrima transcurre hasta el saco lacrimal y posteriormente llega al conducto nasolacrimal, que desemboca en la nariz.

 

Cuando el feto se está formando en el útero, este conducto aparece desde la parte media del conducto,y avanza hacia arriba y abajo. En algunos casos en la parte más baja no se acaba de permeabilizar del todo, quedando una membrana que obstruye la salida. Este defecto se suele corregir con el crecimiento.

SÍNTOMAS

En el recién nacido y lactante pequeño, los síntomas que aparecen son:

  • Lagrimeo constante (epífora)
  • Legaña persistente a pesar de lavados con suero fisiológico

3. epífora

 

 

Algunas complicaciones que puede favorecer son:

  • Conjuntivitis aguda o recurrente: ojo rojo y pegado, legaña purulenta..
  • Dacriocistitis: infección del contenido retenido en el conducto, a este nivel se puede observar enrojecimiento, dolor…
  • Dacriocistocele: formación de un quiste de moco, que se observa como una masa azulada entre el canto interno del ojo y la nariz.

4. conjuntivitis

 

COMO ACTUAR

Los padres desde casa son los que más pueden contribuir al tratamiento inicial. El masaje del saco nasolagrimal se realiza apretando con la yema del dedo entre el canto interno del ojo y la nariz, que es donde se encuentra el saco lacrimal, repitiendo esta operación varias veces al día. De esta manera se favorece el tránsito de la lágrima y deshechos hacia abajo y se aumenta la presión del conducto, lo que favorece que se acabe de abrir hacia la fosa nasal.

El defecto se resuelve en semanas o meses (normalmente suele estar resuelto antes del año de vida). Mientras tanto puede que el niño experimente episodios de ojo rojo, más legaña o verdosa, ojo pegado (conjuntivitis) o bien infección del conducto (dacriocistitis). La conjuntivitis se tratará con colirio antibiótico y se puede prevenir con lavados con agua de manzanilla, de efecto antiséptico. La dacriocistitis con antibiótico por vía oral.

Cuando presentan muchas infecciones, o bien no se ha resuelto la obstrucción después del año de vida, el oftalmólogo debe valorarlos para decidir si realizar una intervención conocida como sondaje del conducto lagrimal o una intubación mono o bicanalicular. Este procedimiento no suele realizarse antes del año por el riesgo anestésico y la alta probabilidad de que se resuelva por sí mismo sin tratamientos invasivos. Si lo anterior falla puede requerirse tratamiento quirúrgico.

CONCLUSIÓN

La obstrucción del conducto nasolagrimal es frecuente en recién nacidos, se resuelve con el crecimiento, con ayuda de masajes realizados por los padres a diario, en pocas semanas o meses. Se deben vigilar las complicaciones ya que pueden requerir otros tratamientos. En casos más graves pueden requerir tratamiento quirúrgico.

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