La intoxicación en niños continúa siendo un problema no infrecuente, prevenible en la mayoría de ocasiones, y que implica a veces un cuadro de gravedad considerable. En el siguiente artículo intentaremos resumir las cuestiones más importantes que deben conocer los padres y cuidadores cuando sucede una intoxicación.
¿A quiénes afecta la intoxicación?
La población pediátrica es un colectivo especialmente susceptible a las intoxicaciones por productos habituales del hogar o medicamentos. Afecta a todas las edades:
- A los adolescentes: principalmente intoxicación intencionada, ya sea con fin recreativo (por ejemplo: intoxicación etílica o borrachera) o con fines autolesivos (ingesta de medicamentos, intentos de suicidio).
- A niños pequeños: no suele ser intencionada. A esta edad tienen autonomía para desplazarse y abrir envases, aunque aún no entienden los riesgos de ingerir tóxicos del hogar como productos de limpieza o pastillas/jarabes que encuentran a su alcance.
- A bebés: intencionada (maltrato infantil) o por negligencia o por error de de los padres o cuidadores que administran los medicamentos (por ejemplo: fallo de dosificación).
¿Cómo prevenir la intoxicación?
- Evitar guardar medicamentos o productos tóxicos del hogar (por ejemplo: de limpieza) al alcance, no solo del niño, sino también de su vista, ya que pueden trepar por muebles para intentar alcanzarlos, con el riesgo añadido que ello conlleva.
- Es importante mantener las sustancias químicas/medicamentos en su envase original para evitar errores (por ejemplo: nunca guardar lejía en una botella de plástico de agua). Además, las sustancias tóxicas y medicamentos infantiles suelen disponer de cierres de seguridad. Es más posible para un niño tomar una pastilla de un pastillero que conseguir sacarla de un blíster. Además, si aun así consiguiera sacarla, es mucho más fácil saber qué medicamento ha ingerido, si se guarda en su envase original.
- Se recomienda marcar externamente con un rotulador permanente los envases de jarabe, en el nivel donde se quedaron por última vez que se usaron, y así en caso de producirse ingesta accidental saber qué cantidad aproximada puede haber tomado el niño. También ayuda apuntar en las cajas de comprimidos la fecha en la que se empezó a utilizar y de esta forma poder contar cuantos deberían faltar y así saber cuantos puede haber tomado un niño.
Tipos de intoxicación
La mayoría de intoxicaciones en niños se producen en realidad con ingesta de productos no tóxicos (como jabones de baño o cosméticos), o con medicamentos a dosis no tóxicas (por ejemplo un trago (5ml) de un jarabe para la tos. Pero existen medicamentos y productos muy peligrosos. Algunos se mencionan a continuación.
Lejía
Es un producto de limpieza frecuente en el hogar. El de uso doméstico (10%) no suele producir lesiones, excepto si se consume en gran cuantía. El de uso industrial, más concentrado, tiene un alto riesgo de lesiones.
Bombas en el tiempo
Son medicamentos o sustancias que el niño ingiere y no producen efectos de forma inmediata, por lo que el niño se encuentra bien en un primer momento, pero que presentan efectos graves conforme pasan las horas. Ejemplos son: el paracetamol, el hierro, el litio, pastillas para la diabetes o setas, entre otros.
Medicamentos “one pill killer” o altamente tóxicos
Son medicamentos que alcanzan la dosis letal con pocas unidades (incluso con una sola pastilla) en el caso de los niños.
Algunos de los medicamentos utilizados por personas que conviven con niños (abuelos, etc.) son de este tipo y por ello los fármacos deben estar siempre en lugares inaccesibles para los niños, especialmente los más pequeños y también adolescentes con ideación suicida conocida previamente.
Se trata principalmente de analgésicos, psicofármacos (para la depresión o ansiedad), anticatarrales descongestivos, antitusígenos, antihistamínicos, antiasmáticos, medicamentos cardiovasculares (contra la hipertensión y otros), antimicrobianos, preparados tópicos…
Tratamiento de las intoxicaciones
- No se recomienda provocar el vómito: un segundo paso por el esófago empeoraría las lesiones en caso de ácidos o álcalis
- No se recomienda tomar agua o leche tras una ingesta de lejía: aumenta el riesgo de vómito y perforación
- Acudir a un servicio de urgencias rápidamente: allí se administrarán tratamientos como:
- Carbón activado: evita la absorción intestinal del producto ingerido
- Lavado gástrico: menos utilizado, pero se puede usar si el niño está consciente y no hay perforación gástrica o intestinal, en un servicio de urgencias
- Lavado intestinal total: consigue una diarrea que elimina el tóxico
- Antídoto si existe
En caso de contacto con sustancia peligrosa o ingesta accidental de un medicamento, contacta de inmediato con el servicio de información toxicológica al 91 562 04 20.
Conclusión
La intoxicación por sustancias químicas (productos del hogar, alcohol o drogas) o medicamentos puede afectar a niños de todas las edades. Aunque lo primordial es la prevención, conviene saber cómo actuar en un primer momento desde el lugar del accidente, contactar con un servicio de información toxicológica y acudir a un servicio de urgencias para iniciar el tratamiento lo más rápidamente posible. La mayoría de intoxicaciones no van a necesitar tratamiento, pero, aunque el niño se encuentre asintomático o la ingesta sea escasa, existe riesgo de que los síntomas graves aparezcan con el paso de las horas o de que se trate de un medicamento altamente tóxico de efectos fatales.
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