Recientemente, en el contexto de la pandemia por Covid19, hemos oído hablar de una enfermedad infantil conocida como el Síndrome de Kawasaki. Parece ser que ha aumentado el número de casos de Kawasaki en niños en España y en otros países en estas fechas, algunos de ellos relacionados con covid19 y otros no. Aunque no se sabe bien si el SARS-CoV2 es el causante de este aumento en el número de casos, lo cierto es que el Síndrome de Kawasaki ya convivía con nosotros desde hace tiempo. En 1967 el pediatra Tomisaku Kawasaki, recientemente fallecido, describía esta enfermedad.
¿Qué síntomas tiene?
El síndrome de kawasaki puede dar en niños los siguientes síntomas:
- Fiebre alta más de 5 días
- Ojo rojo sin legaña
- Garganta roja
- Lengua “en fresa”
- Labios rojos y agrietados
- Hinchazón de manos y pies
- Erupción cutánea
- Ganglios aumentados de tamaño
- Descamación de manos y pies (2-3 semanas después del inicio)
- Vómitos, diarrea o dolor abdominal
- Mucosidad o tos (menos frecuente)
- Irritabilidad en los bebés
- Y la complicación más temida, la afectación cardíaca: taquicardia, insuficiencia cardíaca o shock cardiogénico, infarto agudo de miocardio por aneurismas en arterias coronarias.
No siempre aparecen todos, se llega al diagnóstico cuando se presentan una combinación de ellos.
La analítica sanguínea de los niños con Kawasaki puede mostrar glóbulos blancos aumentados, parámetros inflamatorios elevados (VSG y PCR), anemia, alteración de las grasas, albúmina baja, sodio bajo, coagulación alterada, glóbulos blancos en orina, alteración de la función del hígado, incluso meningitis aséptica (inflamación en el líquido cefaloraquídeo, similar a las meningitis infecciosas, pero sin ningún germen causante).
En la ecocardiografía se pueden ver los aneurismas de vasos coronarios que presentan las formas más graves de la enfermedad. Se deberán realizar ecocardiografías durante la enfermedad y después de ella. Incluso aunque todas ellas fueran normales, se debe realizar seguimiento por cardiología pediátrica durante los 5 años siguientes.
¿Qué causa esta enfermedad?
Aunque no se ha podido descubrir la causa de la enfermedad, se cree que puede estar relacionada con infecciones previas, principalmente víricas. Esto podría explicar por qué ha aumentado el número de casos durante la pandemia por coronavirus.
¿Es grave?
Aunque muchos niños pueden pasar estos síntomas de forma leve, como en cualquier infección infantil transitoria y benigna, en un porcentaje pequeño se pueden presentar complicaciones muy graves, como inflamación de las arterias que irrigan al corazón (arterias coronarias), que provoca aneurismas (dilataciones puntuales de estas arterias) que si se rompen pueden acabar en infarto agudo de miocardio. Gracias al tratamiento existente, este riesgo se reduce mucho. Por eso es importante sospechar esta enfermedad desde el inicio para establecer cuanto antes el tratamiento oportuno.
¿Cómo se trata?
La clave del tratamiento está en recibir:
- Inmunoglobulinas endovenosas (anticuerpos)
- Ácido acetil salicílico a dosis altas
- Los niños con afectación cardíaca pueden recibir además tratamiento anticoagulante con warfarina o heparina.
¿Qué pronóstico tienen los niños que han pasado esta enfermedad?
La mayoría se va a recuperar sin secuelas, pero aquellos con anomalías coronarias pueden tener diferentes tipos de limitaciones. Algunos aneurismas, sobre todo si son pequeños, pueden desaparecer con el tiempo (1 o 2 años), dejando al niño en la misma condición de salud previa. Pero otros más grandes, requerirán seguimiento cardiológico, cirugía y tratamiento crónico, incluso podrían acabar en trasplante cardíaco. Pero en general la mortalidad es baja (menos de un 1%).
CONCLUSIÓN
Aunque no se ha podido demostrar la relación causal entre Covid19 y Síndrome Kawasaki, parece lógico pensar que puede haberla, ya que se cree que este síndrome es secundario a infecciones previas. Pero no es el único virus que podría desencadenarla, ya que es una enfermedad que ya existía previamente, originada seguramente por otros tipos de virus. A pesar de haber aumentado el número de casos durante la pandemia, sigue siendo una enfermedad infrecuente. Son muchos los niños que se recuperan sin secuelas, pero de haberlas, son graves, y pueden disminuir con el tratamiento adecuado, por lo que es imprescindible que se diagnostique correctamente a estos niños desde el inicio de los síntomas y puedan iniciar su tratamiento de forma precoz. Incluso los niños que pasan la enfermedad de forma leve, requerirán seguimiento cardiológico a largo plazo.
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