¿Qué síntomas nos pueden hacer sospechar que nuestra hija/o tenga ANOREXIA NERVIOSA?

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ANOREXIA¿Qué síntomas nos pueden hacer sospechar que nuestra hija/o tenga ANOREXIA NERVIOSA?

La anorexia es un trastorno de conducta alimentaria que se suele iniciar en la adolescencia o algo antes. Hay unos síntomas y signos de sospecha que pueden ayudar a los padres a decidir si deben consultar al pediatra para pedir ayuda.

Los trastornos de la conducta alimentaria pueden ser variados, son considerados trastornos psiquiátricos relacionados con la ingesta de alimentos. Todos, padres y pediatras, debemos ser conscientes de la necesidad de ayuda especializada que estos pacientes precisan.

La paciente más habitual de anorexia es, chica adolescente o preadolescente blanca, ya que son las que con más frecuencia presentan este tipo de problemas, pero en realidad la enfermedad  también la vemos en varones, sobre todo jóvenes, de diferentes razas y culturas.

La anorexia se inicia como una conducta inadecuada hacia la comida que abarca solo el ámbito psicológico/psiquiátrico al principio, pero conforme avanza la enfermedad y los déficit de nutrientes son evidentes, afecta a todos los órganos, y  a algunos de ellos de forma irreversible.

CUANDO SOSPECHAR QUE UNA NIÑA INICIA UN TRASTORNO DE ANOREXIA NERVIOSA

Se han descrito una serie de indicios físicos y de conducta de los adolescentes que nos pueden poner sobre aviso de un problema de anorexia.

El primero de ellos es la pérdida de peso de origen desconocido. Normalmente cuando un niño pierde peso nos preocupamos enseguida de que presente alguna enfermedad grave (cáncer, diabetes, etc.) y los padres tienden a consultar fácilmente con el pediatra. Pero cuando estas enfermedades físicas más graves se descartan, si la pérdida de peso continúa, hay que sospechar que el paciente pueda estar vomitando, consumiendo menos alimentos de los que debería o tomando laxantes a escondidas de los padres, de forma voluntaria.

A veces los niños no pierden peso de forma que nos sea muy notorio, pero en cambio detienen su crecimiento ante la falta de alimentación adecuada. En este caso son de ayuda las revisiones periódicas al pediatra que pondrán de manifiesto una detención anómala en el crecimiento del paciente.

Otro síntoma de alerta que aparece en las niñas es la amenorrea o falta de la regla. Tras descartar un embarazo, y algunos problemas de desarrollo puberal, hay que sospechar un probable trastorno de conducta alimentaria, en niñas en las que nunca se ha presentado la regla, pero ya están en edad de presentarla, o bien en niñas que ya tenían el período pero este se ha detenido en algún momento y por un tiempo prolongado, sin que se conozca la causa. A veces la menstruación no se detiene por completo, pero sí se presenta de forma irregular en una niña en la que previamente era regular.

Es muy frecuente en las pacientes el dolor abdominal, el estreñimiento o la diarrea. Pueden estar causados por “atracones”, por falta de ingesta de alimentos o por la toma de laxantes fuera de indicación.

A veces  se detecta al principio  el signo de Russell, que consiste en unas lesiones que se producen en los nudillos o falanges proximales, al provocarse el vómito.

Las niñas con anorexia muchas veces tienen un latido cardíaco lento (cercano a los 50 latidos por minuto) y también una tensión arterial baja. Lo que hace que muchas veces se manifiesten con mareo, lipotimia, incluso retención de líquido en extremidades.

Dado que los huesos también se encuentran debilitados es más fácil que se produzcan fracturas durante la práctica de deporte, incluso tras impactos de baja energía. Hay que sospechar también este trastorno cuando un adolescente empieza a realizar deporte de forma exagerada con la idea de aumentar el gasto calórico y perder peso.

En cuanto a la conducta de los pacientes con anorexia es típico el desaparecer tras las comidas. Esto es porque cuando no pueden evitar ingerir alimentos ya que son observados por el resto de la familia, se ausentan después para realizar “conductas purgativas” como el vómito o la toma de laxantes.

Cuando de repente una niña pregunta y se interesa más por la comida, la ropa o la moda puede que esté empezando a dar más importancia a la imagen corporal de lo que se consideraría normal, y esto es un síntoma de anorexia. Cuando no están satisfechos con su aspecto corporal empiezan también a ocultar determinadas partes del cuerpo, a veces utilizando ropa ancha o exceso de ropa.

Casi siempre quieren evitar la ingesta, por lo que empiezan a poner excusas para no comer, evitando así las comidas. Hay que tener en cuenta que las manifestaciones de la anorexia muchas veces se suman a trastornos por depresión, que pueden haber aparecido antes incluso que el resto de síntomas, o bien ser una consecuencia del trastorno alimentario. Es muy típico que el paciente empiece a aislarse socialmente, para esconder sus síntomas o bien para evitar juicios sobre sus conductas. Por eso también aumenta el absentismo escolar.

CONCLUSIÓN

Todos estos signos, síntomas y conductas deben alertarnos del riesgo de que un chico o chica esté iniciando un trastorno de la conducta alimentaria tipo  anorexia, o pueda derivar en él en un plazo de tiempo, por lo que se recomienda contactar con el pediatra para una primera valoración.

Los trastornos de la conducta alimentaria detectados precozmente presentan mejor pronóstico que aquellos en los que ya se han establecido ideas y conductas en el adolescente de larga evolución. La  cronificación y sus consecuencias son graves tanto a nivel  psicológico como biológico.

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