Empoderar a la infancia para prevenir el abuso sexual
Crear un buen clima de confianza, de cariño incondicional, de ausencia de secretos son herramientas útiles para prevenir el abuso sexual en la infancia.
Esta lacra social que padecen una de cada cuatro niñas y uno de cada seis niños en el mundo.
De ellos el 60% nunca recibirán ningún tipo de ayuda y un 90% no revelarán sus secretos hasta que sean adultos.
El abuso sexual infantil (ASI) es un problema de salud pública, que requiere atención especializada, pero sobretodo requiere una concienciación por parte de la sociedad.
Desde la familia hay que ser honestos en toda la educación del niño y considerarlo digno de ser querido por ser quien es no por lo que nos da a cambio.
Tenemos que cambiar frases tipo: “si no me das un beso no te doy un caramelo” por ejemplo y repetirles constantemente que los queremos aunque a veces nos hagan enfadar, porque son únicos y especiales, sin pedir nada más, simplemente los queremos sin condiciones.
Los psicólogos recomiendan empoderar a la infancia desde que son bebés, por ejemplo respetarlos cuando no quieren dar un beso a un familiar, o cuando dicen que no a un abrazo, o cuando les molesta que les toque. Si en ese momento se respeta su decisión entenderán que un NO es NO.
Pero en el cuidado de un niño interviene toda la tribu, el niño tiene que saber que además de los padres puede contar con otros familiares o amigos que le quieren y le escucharan. Las amenazas que reciben los menores víctimas de abusos muchas veces incluye amenazas encaminadas a hacer que callen para no hacer sufrir a sus padres, si los menores cuentan con más personas de confianza las posibilidades de que el secreto permanezca oculto disminuye, es por tanto una medida de prevención importante.
Otra medida preventiva es crear un clima comunicativo, los niños han de tener claro que no hay nada que no se pueda explicar, porque sea lo que sea se le va a querer igual. A la vez hay que respetar la intimidad y el derecho a no explicar pero asegurándose que no explica por decisión propia no porque nadie le esté amenazando a no hacerlo. Esto es fácil que lo comprendan los adolescentes pero en los niños pequeños no tanto, aquí el efecto tribu puede ser facilitador. Es importante que en casa se pueda hablar de todo aunque a veces sean cosas dolorosas, ahorrar información a los niños y mantenerlos en la vitrina puede ser un error, los niños han de ser los protagonistas de sus vidas y saber las cosas que son importantes para ellos. Cuando se hablan de cosas dolorosas, se está facilitando que se hable de otros temas incluido del abuso si se da el caso.
Sensibilizar sobre el tema, que se hable del mismo, evitar que el abuso sexual se convierta de un tabú como si no existiera también es prevenirlo. A veces es más dañina la manipulación y control del niño que no la propia conducta sexual, por tanto detectar y evitar esta dependencia y este mal trato podría prevenir un maltratamiento posterior y en eso tendrían que implicarse todos los agentes que intervienen en la vida del niño.
Si los niños se acostumbran a un buen trato no aceptan el maltrato.
Por tanto los consejos ante la confesión de un niño o niña son:
- Creer al niño o niña siempre.
- Mantener la calma.
- Aclararle al niño que el responsable es el adulto y que él no tiene la culpa.
- Hacerle saber que lo superará y que tiene todo nuestro apoyo para conseguirlo.
- Asegurarse de que no ha sufrido heridas.
- Proteger a la víctima.
- Demostrarle que nos sentimos orgullosos de que lo haya explicado.
- Aceptar los sentimientos del niño o niña.
- Expresarle afecto y cariño.
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