Por ser un problema frecuente, el tratamiento está muy protocolizado. Diversas Sociedades Científicas Infantiles han puesto mucho esfuerzo en difundirlo. Tratamiento del broncoespasmo, de la inflamación y de la tos.
El primer objetivo es el tratamiento de las crisis de bronquitis en niños y bebés.
En las crisis el tratamiento del broncoespasmo siempre es con un broncodilatador (Terbutalina, salbutamol, salmeterol, adrenalina) cuyo objetivo es abrir los bronquios en menos de 15-20 minutos.
Todos ellos tienen sus efectos secundarios, que los papás conocen bien, ”es que se pone como una moto”, es decir, aceleran el corazón. El niño se pone nervioso, pueden dar temblores en las manos. Son efectos pasajeros y en cualquier caso mejor que ahogarse, la sensación de ahogo también da intranquilidad y pone nervioso.
La vía de cómo se administran los medicamentos también influye en sus efectos secundarios, siempre se aconseja la más directa pues es la que requiere menos dosis y por tanto presenta menos efectos secundarios. Si la medicación se administra en forma de jarabe o inyección, pasa a la sangre y produce efectos en todo el cuerpo y solo una parte del medicamento llega a los pulmones que es donde realmente nos interesa que actúe.
Los aerosoles tienen este efecto, la mayor parte del medicamento llega al pulmón y una mínima parte pasa a la sangre y tiene menos efectos secundarios en el resto del cuerpo.
Por ello, en las crisis siempre que se pueda se administra un broncodilatador en aerosol.
También tenemos que tratar la inflamación que se produce por el agente irritante con corticoides en aerosol, su efecto no es inmediato como el del broncodilatador sino que empieza a las 8 horas y se mantiene entre 12 y 24 horas.
Los corticoides se deben utilizar con precaución, no a altas dosis, no mucho tiempo y sobretodo no se puede suspender el tratamiento de golpe, estas prácticas que se realizaban años atrás y eso les creo muy mala fama.
Efectos secundarios de los corticoides.
- Actúan sobre el cartílago de crecimiento, acelerando su maduración por lo que: a altas dosis y largos periodos reducen el crecimiento.
- Intervienen en el funcionamiento de las glándulas suprarrenales, que son las encargadas de fabricar los corticoides propios y que regulan la tensión arterial y el azúcar de la sangre. Si se dan corticoides mucho tiempo las glándulas se van atrofiando. Si los retiramos poco a poco se pueden recuperar, pero cuando se suspenden de golpe el niño pasa de tener muchos corticoides en sangre a prácticamente no tener. Si esto se produce baja la tensión y el nivel de azúcar en sangre y en ocasiones puede ser grave.
Resumen: si se usan por boca, hay que hacerlo a la dosis adecuada, el tiempo justo y retirarlos poco a poco. Si los damos en aerosol, la mayor concentración se alcanza en bronquio y llega mucha menos cantidad a cartílago de crecimiento y glándulas suprarrenales.
Hay estudios realizados en niños con bronquitis crónica que han tomado corticoides durante mucho tiempo, incluso años, sin alteraciones en el cartílago de crecimiento ni en suprarrenales.
Solo cuando no es posible administrarlos en aerosol, o si a pesar de estar en tratamiento con broncodilatador y corticoide inhalado, no mejora, se añaden los corticoides por boca, siempre ajustando la dosis, manteniéndolos solo el tiempo necesario y retirándolos de forma gradual.
La tos no requiere un tratamiento específico con un antitusígeno ni con un mucolítico, pues al mejorar la entrada y salida de aire y disminuir la inflamación ya disminuye la producción de moco y la tos, como mecanismo de defensa, se reduce espontáneamente.
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