¿Qué pasa con el sueño de los padres al estrenar bebé?
Los bebés duermen unas 17 horas al día, pero lo hacen en periodos cortos y progresivamente van disminuyendo el número de horas totales de sueño al día. Al mismo tiempo alargan los periodos de sueño continuo. Es decir, los ciclos de sueño son muy diferentes de los del adulto que habitualmente duerme de 7-8 horas cada noche seguidas. Pero esto cambia con el nacimiento del bebé. Ya nunca más se duerme con “la oreja cerrada” si el bebé está en casa. El sueño de los padres ya no es el mismo que antes. Y esto puede tener efectos sobre su salud física o mental. Varias noches de insomnio, con pocas horas de sueño e irregular, puede llegar a afectar a su estado de ánimo, y dificulta su concentración.
Se cree que algunas depresiones post parto de las madres son en realidad agotamiento y falta de sueño.
El sueño puede convertirse en un problema, si el bebé se despierta por las noches y no duerme bien, pero hay que saber que es normal, hasta que madure. Lo más importante es averiguar qué es lo que está alterando al bebé y actuar, según lo que le suceda, para conseguir que adquiera un ritmo natural del sueño, sin caer en malos hábitos que posteriormente costaran mucho de cambiar
Hay que entender todos los cambios y adaptaciones que está viviendo el bebé, para él todo es nuevo al nacer. Después de 9 meses en el útero materno, el bebé tiene que habituarse a los estímulos externos, y por eso se despierta a menudo y llora sin un motivo aparente. Esto afecta al sueño de los padres porque ellos son los encargados de transmitir seguridad al bebé y hay que ayudar a los bebés a que vuelvan a coger el sueño cuando se despiertan.
El sueño de los padres del bebé también puede estar condicionado porque la vida del pequeño sigue unos horarios totalmente adaptados a sus comidas y muchos piden una toma nocturna durante meses, la alimentación “a demanda” tiene sus ventajas pero tiene este inconveniente.
El llanto de los bebés por la noche es uno de los motivos importantes de alteración de sueño de los padres, sobre todo los tres primeros meses hace que mucho practiquen el colecho, para hacer más llevaderas las noches más que por convicción: una vez más la decisión tiene sus pros y sus contras.
El bebé también llorará si no se encuentra bien, si está resfriado, si tiene molestias.
Y más adelante después de los primeros ocho meses, se añadirán los miedos a la soledad, o a la oscuridad.
Durante la baja maternal es bueno que las madres aprovechen cualquier momento que el niño está dormido para hacer una cabezadita y no llegar tan cansadas a la noche, no pasa nada por dormir a las 12 del mediodía.
Una vez finalizada la baja y ya incorporada al mundo laboral se recomiendan turnos por la noche, alternancia entre los padres, de esta manera se descansa una noche si y otra menos, pero no sirve de nada toda la familia levantada mientas el bebé madura.
Son unos meses de no acabar de dormir del tirón. Pero, cuando se es papá o mamá, ya se sabe, nunca se vuelve a dormir tan plácidamente como antes.
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