Cómo disminuir el riesgo de infecciones de oído medio

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de 0 a 2 años, de 3 a 5 años, de 6 a 12 años, Fiebre, Fiebre aguda, antitermicos y analgesicos, Guardería y escuela, Infecciones propias de la infancia, Infecciones recurrentes, Llanto del lactante, Mocos, Otitis, Recién nacido, Resfriado comun, faringitis, laringitis y gripe

Cómo disminuir el riesgo de infecciones de oído medio. La mayoría de los niños ha tenido al menos una infección del oído medio al cumplir los 2 años.
El tratamiento depende de si se trata de un problema agudo o crónico, así como de su frecuencia y duración. A la mayoría de niños les basta reducir los factores de riesgo y tomar antibióticos para evitar el problema.

 

Cómo reducir los factores de riesgo

Algunos comportamientos, o ciertos entornos, aumentan el riesgo de que tu hijo tenga una infección en el oído. Reducir ciertos riesgos puede ser útil en cualquier etapa del tratamiento.

Sigue estos consejos:

  • Si tu hijo va a una guardería o a la escuela es más probable que padezca resfriados o la gripe.
  • Ayúdale a prevenir estas enfermedades enseñándole que se lave las manos con frecuencia.
  • Si tu hijo tiene alergias nasales haz todo lo posible por controlar el polvo, el moho y el pelaje de los animales en casa. También evita que tu hijo tenga contacto con el humo de cigarrillos.
  • Si tiene problemas de alergias con algún alimento, identifica cuáles le provocan estas reacciones y haz lo posible para que tu hijo los evite. A algunos niños, comer o beber productos lácteos les causa hinchazón de los tejidos alrededor de la trompa (auditiva) de Eustaquio. Lo más probable es que eso provoque un bloqueo del oído.

 

Observa y espera

  • Si esta es la primera o segunda infección aguda de tu hijo, el pediatra puede recetarle antibióticos y recomendar un periodo de espera.
  • Durante este tiempo es probable que le vuelvan a examinar los oídos para ver si hay cambios en el tímpano o en la audición.
  • En la mayoría de los casos, el líquido en los oídos dura de dos a tres semanas después de la infección aguda. Si la acumulación de líquidos se vuelve crónica, el pediatra podría observar a tu hijo durante varios meses. Si no se producen nuevas infecciones, el líquido crónico puede desaparecer con el tiempo.

 

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