Un motivo de consulta frecuente es: me parece que mi hijo no oye bien pues no contesta, y repite constantemente ¿qué?
Siempre a los padres les ha preocupado que su bebé oiga bien. Desde que se efectúan pruebas acústicas a la mayoría de los recién nacidos antes del mes de vida, esta pregunta se ha trasladado de bebés a preescolares.
Ya que: algunos bebés nacen con problemas de audición (muy pocos), otros nacen con la audición normal (la mayoría) y de estos, algunos empiezan a tener problemas de audición mientras crecen, hasta que en la vejez, muchas personas son sordas a consecuencia de la edad y de los ruidos.
Los niños aprenden a hablar por imitación de los sonidos que escuchan a su alrededor, de las voces de sus padres y los cuidadores, por ello es importante cerciorarse que oyen y escuchan bien ya que el lenguaje se aprende mucho antes de hablar.
Es decir, los problemas de audición retrasan el habla y el lenguaje.
A continuación mostramos una lista de las habilidades lingüísticas correspondientes según edad y desarrollo del bebé-niño. ¿Qué es lo que le toca saber hacer? ¿Qué es lo habitual a su edad?
Por lo general, el niño no tiene todas las habilidades que se indican a cada edad, pero si la mayoría.
Lista para el control de la audición
Recién nacido hasta los 3 meses
- Reacciona a los ruidos.
- Se calma y sonríe cuando le hablan.
- Reconoce la voz de sus cuidadores y si está llorando se calma al oírla.
- Al comer, comienza o para de chupar en respuesta a un sonido.
- Balbucea, murmura o emite sonidos agradables.
- Llora de formas diferentes, según la necesidad que tenga.
- Sonríe cuando la ve a sus padres.
De 4 a 6 meses
- Sigue los sonidos con la mirada.
- Responde a los cambios en el tono de voz.
- Reconoce objetos que producen sonidos.
- Presta atención a la música.
- Balbucea algo parecido al habla y usa una gran variedad de sonidos, incluso los que comienzan con “p”, “m” y “t”.
- Se ríe.
- Balbucea cuando está emocionado o triste.
- Hace sonidos de gorgoteo cuando está solo o jugando con los cuidadores.
De 7 meses a 1 año
- Le gusta jugar a palmotear (aplaudir) y a esconderse.
- Gira su cabeza hacia el lugar de donde provienen los sonidos.
- Escucha cuando se le habla.
- Entiende las palabras de las cosas comunes, por ejemplo, “agua” “pan” “coche”.
- Responde a lo que se le pide («ven acá» o «¿quieres más?»).
- Balbucea grupos de sonidos largos y cortos («tata, mamá, papá»).
- Balbucea para llamar la atención.
- Se comunica usando gestos, como por ejemplo manoteando o levantando los brazos.
- Imita diferentes sonidos del habla.
- Al año, dice una o dos palabras («tata», «papá», «mamá»).
De 1 a 2 años
- Conoce varias partes del cuerpo y las señala cuando se le pregunta.
- Sigue órdenes simples («dame la pelota») y entiende preguntas simples («¿dónde está tu nariz?»).
- Disfruta de cuentos, canciones y rimas sencillas.
- Señala los dibujos en un libro cuando se le pregunta sobre ellos.
- Aumenta el vocabulario con nuevas palabras constantemente.
- Hace preguntas usando una o dos palabras («¿dónde está?» o «¿tú vas?»).
- Junta dos palabras («más sopa» o «jugo no»).
- Usa diferentes sonidos de consonantes al comienzo de las palabras.
De 2 a 3 años
- Usa una palabra para casi todo.
- Usa frases de dos o tres palabras para hablar de algo o preguntar.
- Usa estos sonidos: “c”, “g”, “f”, “t”, “d” y “n”.
- Habla de modo que se hace entender por los miembros de la familia y amigos.
- Nombra los objetos para pedirlos o para que se les preste atención.
De 3 a 4 años
- Oye cuando se le llama desde otra habitación.
- Oye el televisor o la radio al mismo volumen que otros miembros de la familia.
- Contesta cuando se le pregunta, «¿quién?», «¿qué?», «¿dónde?» y «¿por qué?».
- Habla sobre las actividades realizadas en distintos lugares: casa los abuelos, escuela y otros.
- Usa frases con cuatro o más palabras.
- Habla sin repetir sílabas o palabras.
De 4 a 5 años
- Presta atención a un cuento y contesta preguntas sobre éste.
- Entiende la mayoría de lo que se dice en casa o en la escuela.
- Usa frases con muchos detalles.
- Relata cuentos manteniéndose en el tema y añadiendo detalles según su imaginación.
- Se comunica fácilmente con otros niños y adultos.
- Dice la mayoría de los sonidos correctamente, a excepción de unos pocos (“l”, “s”, “r”, “v”, “z”, “ch”, “g”, y “j”).
- Nombra algunas letras y números.
- La construcción de la frase ya es de gramática adulta.
Una prueba bastante eficaz en estos niños nativos digitales, que dominan los mandos a distancia, es dejarles acomodar el volumen de la TV de los programas infantiles y observar a que volumen ellos se sienten cómodos, si este es alto, es casi seguro que no oyen bien.
Insistir en la necesidad de detectar, diagnosticar y tratar los déficits de audición ya que tienen gran repercusión en los procesos de aprendizajes, la adaptación escolar, las conductas y los comportamientos, junto con los problemas visuales son un motivo importante de fracaso escolar.
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