¿Qué es la costra láctea del bebé?

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La costra láctea del bebé se refiere a aquellas pequeñas escamas blanquecinas o amarillentas que aparecen en la cabecita de muchos lactantes. Pese a que el término “láctea” ha llevado a muchos papás y mamás a relacionar esta condición con una intolerancia a la leche, lo cierto es que la costra láctea nada tiene que ver con la alimentación de los bebés. No es síntoma de ninguna enfermedad ni tampoco representa un problema grave, pero es conveniente saber de qué se trata para proporcionarle los mejores cuidados a los más pequeños de la casa.

 

¿Qué es la costra láctea del bebé y cuáles son sus causas?

La costra láctea del bebé es la forma popular o coloquial de referirse a la seborrea o dermatitis seborreica del lactante, una afección dermatológica muy común que suele afectar al cuero cabelludo del bebé, aunque también puede aparecer en otras áreas como la cara, la zona del pañal y las axilas. Se manifiesta por la presencia de costras o escamas de colores pálidos (blanco, gris, amarillo o marrón muy claro), con una textura ligeramente grasienta o cerosa, y que aparecen fuertemente adheridas a la piel del pequeño. En ocasiones, el cuero cabelludo del bebé puede presentar también cierto enrojecimiento pero, en contra de lo que pueda parecer, la costra láctea del bebé no suele causar ningún tipo de molestia, picor o dolor.

 

La aparición de la costra láctea del bebé suele producirse poco después del nacimiento y tiende a desaparecer por sí sola al cabo de unos meses. Sus causas no están muy claras, aunque sí se descartan antiguas creencias como que la costra láctea del bebé es debida a una falta de higiene o a algún tipo de intolerancia alimentaria. Tampoco es una enfermedad contagiosa ni síntoma de problemas graves. Actualmente, la teoría más aceptada es que la dermatitis seborreica del lactante está relacionada con la producción excesiva de grasa por parte de las glándulas sebáceas y los folículos pilosos. Factores genéticos u hormonales pueden hacer que la piel segregue más sebo de lo normal, lo que unido a la presencia de ciertas levaduras como la “Malassezia”, podría provocar el enrojecimiento cutáneo y la aparición de este tipo de costras o escamas en la piel.

 

 

¿Cuál es el tratamiento de la costra láctea del bebé?

Generalmente, la costra láctea del bebé no requiere tratamiento y suele desaparecer por sí sola. Sin embargo, hay padres que prefieren deshacerse de estas escamitas o costras para mejorar el aspecto del pequeño. Los remedios más habituales incluyen:

 

  • Lavar a diario la cabecita del bebé con un champú suave, para eliminar el exceso de grasa que pueda estar produciendo.
  • Masajear cuidadosamente el cuero cabelludo con los dedos o con una toallita.
  • Utilizar aceites (como el de bebé) para ablandar las costras. Se suele aplicar un poquito de aceite sobre las escamas y dejar actuar durante unos minutos. Luego se cepilla la cabecita con un cepillo muy suave y se lava con su champú habitual. Teniendo en cuenta que la costra láctea del bebé surge por un exceso de grasa, la eliminación del aceite utilizado debe ser completa, ya que si no se podría empeorar el cuadro.
  • Aplicar champús o cremas específicas para eliminar la costra láctea. Cuando el resto de remedios no funciona o la dermatitis seborreica está muy extendida, el pediatra podrá recetar productos específicos para tratar esta afección. Los más habituales contienen ácido salicílico, zinc, selenio o ketoconazol, un antifúngico eficaz contra el hongo “Malassezia”.

 

Sea cuál sea el tratamiento que apliquemos, debemos tener especial cuidado en no provocarle lesiones al bebé que luego podrían infectarse. Las escamas de costra láctea pueden estar muy adheridas a la piel, por lo que en ocasiones cuesta eliminarlas. Sin embargo, debemos evitar tratar de arrancárselas, ya sea con las uñas o con el peine. Es preferible dejar las escamas que tratar de quitárselas y hacerle daño. Como hemos dicho, la costra láctea del bebé no es problemática en sí misma y no es necesario eliminarla. Si se hace es por motivos estéticos o, en casos muy especiales, porque ocasiona molestias.

 

 

¿Cuándo debemos acudir al pediatra?

Aunque la costra láctea del bebé no suele presentar complicaciones, es recomendable que se acuda al pediatra cuando:

 

  • Es la primera vez que tratamos con la costra láctea del bebé y tenemos dudas al respecto.
  • Cuando la dermatitis seborreica aparece en otros lugares del cuerpo, empeora o cubre áreas extensas de la piel.
  • Si queremos eliminar la costra láctea del bebé y los productos más asequibles no funcionan.
  • Si la piel afectada presenta signos de infección: está roja, dura, caliente y/o supura.
  • Si notamos al bebé molesto, con picor o dolor, o si se le cae el pelo.
  • Si el pequeño no gana el peso recomendado o si tiene el sistema inmunológico debilitado por algún otro motivo.

 

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