Es relativamente frecuente que aparezca en la consulta un niño con su familia diciendo:
– “Ayer estaba bien y hoy se ha levantado cojeando.” es la frase habitual de la familia.
Apoya menos la pierna para evitar el dolor, camina cojeando o incluso no quiere caminar.
Hay que descartar un traumatismo (golpe, esguince) del que la familia no tiene conocimiento. Muchas veces el niño todavía no se sabe explicar y el suceso puede haber ocurrido en la guardería.
Se debe revisar el calzado y comprobar que cojea igual descalzo que con zapatos, en muchas ocasiones se curan de golpe, pues el problema es el calzado (entre la huella del pie dentro del calzado y el final del zapato debe haber casi un centímetro).
Hay que revisar todas las articulaciones y reflejos para descartar enfermedades inflamatorias y neurológicas en estos casos suelen hallarse otros síntomas.
En ocasiones existe un antecedente de catarro de vías altas y el sistema inmunitario ha jugado una mala pasada afectando al cartílago articular.
En cualquier caso la valoración la debe efectuar un pediatra antes de administrar antiinflamatorios y, en ocasiones, se necesitaran exploraciones complementarias para llegar al diagnóstico definitivo.
¿Tienes dudas? Compra una consulta online y uno de nuestros pediatras te llamará inmediatamente.
Si te ha gustado, COMPARTE, ayúdanos a crecer, gracias