Efectos de la televisión en niños y adolescentes: recomendaciones para el uso apropiado de la TV

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Cada vez son más los especialistas que alertan de los efectos perjudiciales de la televisión en el desarrollo físico e intelectual de los niños y adolescentes. Este aparato, tan presente en nuestras vidas, puede llegar a convertirse en un verdadero problema cuando se hace un uso incorrecto o descontrolado del mismo. Numerosos estudios científicos relacionan el consumo de televisión con la aparición de trastornos de aprendizaje, comportamientos violentos e incluso enfermedades como la obesidad infantil. En un contexto en el que cada día se detectan más y más casos de sobrepeso y obesidad en niños y adolescentes, se hace necesario revisar sus posibles causas y tratar de prevenirlas. En el post de hoy hablaremos de los efectos negativos del consumo de televisión en niños y adolescentes, y os daremos las claves para prevenirlos.

 

La importancia del juego en la edad infantil

Antes de entrar de lleno en el tema que nos atañe, es necesario comenzar por algo esencial para el correcto desarrollo de nuestros pequeños: el juego. El juego es algo propio de todo cachorro, humano y animal. Esta actividad, tan propia de la infancia, nos parece tan natural que a veces no nos paramos a pensar en lo que en realidad representa, en su función y naturaleza. Y es que jugar es algo mucho más importante de lo que a simple vista pueda parecer. El juego no es una forma de entretenimiento, es una forma de aprendizaje, única y fundamental. A través de los juegos, los niños aprenden a comunicarse con su entorno, a desarrollar habilidades que le serán necesarias en el futuro y a formar su carácter y personalidad. Los juegos estimulan el desarrollo infantil en cuatro áreas, principalmente:

  • Área física: se desarrolla la coordinación psicomotriz y las habilidades físicas, como la flexibilidad, la fuerza o la resistencia. Además, les ayuda a ejercitarse, a combatir el sobrepeso y a descargar energía.
  • Área educativa: a través del juego los niños aprenden a plantear problemas y resolverlos, a establecer reglas y a desarrollar estrategias. Además, mejora su concentración, les ayuda a asimilar nuevos conceptos o temas complejos y estimula su creatividad y fantasía.
  • Área social: el juego es un intermediario entre el niño y su entorno. Fomenta sus capacidades lingüísticas y de comunicación y estrecha el lazo con familiares y compañeros. Así, aprenden a convivir, a respetar y a cooperar con los demás.
  • Área emocional: para los niños, el juego es una forma de expresión. Les ayuda a plasmar simbólicamente sus sentimientos, frustraciones o deseos y les aporta desahogo físico y emocional. Además, el componente social del juego les ayuda a sentirse integrados en un grupo y mejora su autoestima.

La televisión como forma de entretenimiento pasivo

Desde su popularización en los años 60 del pasado siglo, la televisión ha ido poco a poco absorbiendo otras formas de entretenimiento y haciéndose imprescindible en nuestros hogares. Cada vez hay más canales, más programación a la carta y mayores opciones para distraerse. Sin embargo, el uso incontrolado y abusivo de este medio conlleva peligrosos efectos que pueden afectar a la salud física y psicológica de nuestros hijos. Al igual que los videojuegos, el ordenador o los Smartphone y Tablets, la televisión es una forma de entretenimiento pasivo que carece de los beneficios del juego. Así, a grosso modo, podemos detectar los siguientes efectos negativos resultantes del uso abuso de la televisión:

  • Retrasos en el lenguaje: numerosos estudios científicos aseguran que el consumo de televisión en niños menores de dos años puede provocar retrasos en el desarrollo del lenguaje. Hemos de tener en cuenta que los dibujos animados, por pedagógicos que sean, pierden su valor educativo si los niños no interactúan. La pasividad de la televisión no estimula su necesidad de hablar y comunicarse.
  • Comportamientos violentos: La televisión actual ofrece infinidad de posibilidades las 24 horas del día. Incluso en horario infantil, hay canales con programación destinada a los adultos. Cuando un niño hace un uso no controlado de la televisión, puede acceder fácilmente a contenidos que no son apropiados para su edad. Por este motivo, se ha relacionado la aparición de comportamientos violentos o inadecuados en algunos niños con el consumo incontrolado de televisión. Escenas violentas o sexuales, personajes que consumen drogas, alcohol o tabaco, pueden llegar a ser una referencia para nuestros hijos. No olvidemos que los niños aprenden por imitación, y es posible que visualizar este tipo de contenidos pueda llegar a calarles de una forma más profunda de lo que creemos.
  • Peores resultados académicos: como hemos visto, el juego es necesario para estimular el aprendizaje infantil, ayudarles a asimilar mejor los nuevos conceptos y fomentar la adquisición de nuevas habilidades. Las horas robadas al juego, son horas robadas al aprendizaje o al estudio (en el caso de los adolescentes). Por lo tanto, los niños que consumen mucha televisión son más propensos al fracaso escolar.
  • Sedentarismo y obesidad: la televisión, como el resto de formas de entretenimiento pasivas, es una de las principales causas de sobrepeso y obesidad infantil. Los niños que consumen muchas horas de televisión están desperdiciando momentos de juego y actividad. Además, recientes investigaciones sugieren que existe una relación entre el consumo de televisión y el aumento en la ingesta de alimentos hipercalóricos y azucarados (¿a quién no le apetece picar mientras ve su programa favorito?). Por lo tanto, cuanto más tiempo se dedique a estos pasatiempos, más probabilidades hay de que el niño desarrolle sobrepeso u obesidad, y otras enfermedades graves derivadas de esta condición.

 

Consumo de televisión en niños y adolescentes: ¿qué podemos hacer?

Es difícil, en la sociedad actual, ir contra corriente y cambiar hábitos tan arraigados. Sin embargo, si somos conscientes de todo lo negativo que el consumo indiscriminado e incontrolado de la televisión (ordenador, videojuegos etc.) puede provocar en nuestros hijos, la determinación para buscar soluciones es más fuerte que cualquier otra cosa. Y es que no se trata de negarles el acceso a estos medios, se trata de encontrar un equilibrio. En general, estas son las recomendaciones básicas respecto al consumo de televisión en niños y adolescentes (para más información consultad nuestro post Niños, adolescentes y nuevas tecnologías (TIC): recomendaciones de la AAP para el uso de tablets, móviles, televisión y otros medios digitales).

  • Predicad con el ejemplo. Los niños aprenden por imitación y la mejor forma de ayudarles a adquirir buenos hábitos es implantándolos nosotros mismos.
  • Evitad completamente el consumo de televisión (y otros medios digitales) en niños menores de dos años y limitad su uso a una hora al día hasta los seis años.
  • Supervisad el contenido y buscad programación adecuada para cada edad. Los programas educativos pueden ser beneficiosos, siempre y cuando estén adaptados a cada momento del desarrollo del niño. En los más pequeños, además, es recomendable que los padres estén presentes y colaboren activamente en el proceso. Explicarles lo que está pasando, hacerles preguntas y motivarles a contestar y pensar por sí mismos les ayudará a sacar más partido de la experiencia.
  • Usad el control parental para impedir el acceso a canales inapropiados.
  • En adolescentes, evitad el consumo de programación inadecuada, donde se haga apología a comportamientos nocivos como el consumo de drogas o alcohol. La visualización de contenidos violentos o de programas en los que se ensalcen determinados roles (la idea de la delgadez como forma de éxito, por poner un ejemplo), puede tener consecuencias muy peligrosas a esas edades.
  • Estableced horarios de uso de televisión y limitad su uso a una sola habitación, como el salón. Tener televisión en la habitación estimulará su consumo y además os será más difícil evaluar el tipo de programación al que acceden.
  • No ver la televisión al menos una hora antes de irse a la cama (ni ninguna otro tipo de pantalla) les ayudará a mejorar la calidad del sueño y a descansar mejor.
  • Fomentad otras formas de entretenimiento y aprendizaje, como la lectura o el juego. Dos horas de juego en familia, o con amigos, son muchos más educativas y sanas que dos horas de televisión (aunque sean programas pedagógicamente adecuados).
  • Estimulad el ejercicio físico diario (se recomienda al menos una hora al día) y evitad el consumo de alimentos azucarados e hipercalóricos. La dieta sana y el ejercicio físico son la clave de un estilo de vida saludable.

 

 

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