Piel atópica en bebés: cuáles son sus causas y cómo podemos combatirla

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La piel atópica en bebés es causa de muchas consultas pediátricas.

Se trata de un tipo de afección de la piel, también conocida como dermatitis atópica, que tiene un carácter crónico pero no contagioso. Suele surgir por primera vez en la infancia, generalmente antes de los 5 años, y puede llegar a mantenerse toda la vida. La crema para piel atópica, es un producto especialmente diseñado para tratar este tipo de pieles, e imprescindible para mejorar los síntomas y espaciar los brotes de dermatitis.

 

¿Cómo distinguir la piel atópica en bebés y niños?

La dermatitis atópica se caracteriza por presentarse a brotes, en los que la piel aparece inflamada, reseca y escamosa. El picor suele ser bastante intenso y el rascado contribuye a empeorar la sintomatología, irritando aún más la piel. La piel atópica en bebés suele aparecer, especialmente, en las mejillas, el cuero cabelludo y en la piel que rodea la boca. A medida que el niño crece, las lesiones surgen en las manos (cuando ya empieza a explorar y tocar cosas), los pliegues de la piel, la parte posterior de rodillas y muñecas, los tobillos y la parte trasera de las orejas.

Lo más característico de la dermatitis atópica es que la piel, aun cuando no existe ningún brote, es muy seca y quebradiza. Las pieles resecas suelen ocasionar picor, siendo el rascado uno de los principales factores que desencadena el brote: la piel, ya de por sí frágil, se daña y queda más expuesta a agentes externos perjudiciales.

 

¿Qué causa dermatitis atópica?

Aunque la piel atópica en bebés es bastante común, sus causas son muy variadas y no del todo conocidas. Se sabe que tiene una base genética, ya que suelen darse varios casos dentro de la misma familia. También parece haberse descubierto cierta relación entre la dermatitis atópica, el asma y la fiebre del heno; por lo que los hijos de padres con alguna de estas afecciones tienen más posibilidades de desarrollar piel atópica. Algunos estudios indican que ser de sexo femenino y/o vivir en un país desarrollado (con más concentración de contaminantes), también incrementa el riesgo de padecer esta enfermedad dermatológica.

Existen, además, ciertos factores que contribuyen a empeorar el estado de la piel y a provocar brotes y episodios más molestos:

  • Estar expuesto a alérgenos: polen, ácaros, determinados alimentos, etc.
  • Estar en contacto con sustancias irritantes: detergentes, productos con alcohol, algunos jabones y perfumes…
  • Usar determinados tejidos contribuyen a aumentar el sudor o el picor de la piel: nailon, lana…
  • Sufrir estrés o tensión emocional
  • Estar expuesto a temperaturas extremas (frío, calor que provoque sudor, humedad…)

¿Cómo podemos tratar la piel atópica en bebés?

En casos de piel atópica, lo más recomendable es cuidar y proteger diariamente la piel, incluso cuando no existe ningún eccema ni brote. Este tipo de piel suele ser muy seca, frágil y vulnerable; por lo que se necesitan productos muy hidratantes que contribuyan a proteger la epidermis. Además, deben estar especialmente diseñados para tratar pieles atópicas en bebés, ya que no pueden contener sustancias irritantes que empeoren la patología.

Es una suerte que gracias a las nuevas tecnologías la adquisición de todos estos productos puede realizarse online, en FarmaciaOnline.es, podéis encontrar numerosos productos para el cuidado de las pieles atópicas: cremas hidratantes, emulsiones regenerantes, productos faciales, lociones calmantes para las pieles con picor e irritación etc.

Cuando se presentan brotes eccematosos en la piel atópica del bebé, a veces es  necesario utilizar medicamentos tópicos que ayudan a controlar el picor y a evitar las posibles infecciones y reducir las inflamaciones de la piel. Es importante evitar el rascado, ya que contribuye a dañar la epidermis y a hacerla más susceptible de infectarse. Para ello, hay que cortar las uñas del bebé o niño y tratar de que su piel permanezca hidratada, evitando todo producto irritante y el uso de manoplas o esponjas de baño. Tampoco se debe frotar con la toalla para secar la piel, sino que el secado debe hacerse de forma suave y delicada, con pequeños toquecitos.

La piel atópica en bebés puede estar relacionada con la dieta. Por ello, es recomendable consultar con el pediatra para valorar si es necesario usar algún tipo de leche especial. En niños más mayores, puede ser útil elaborar una lista con los factores que parecen estar afectando a su piel y tratar de evitarlos para espaciar los brotes de dermatitis.

 

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