¿Cuáles son los síntomas de las conjuntivitis en niños?
Primero definiremos lo que entendemos por conjuntivitis: la conjuntivitis es una inflamación de la parte blanca del ojo y de la superficie interna de los párpados. Puede ser causada por alergias, sustancias irritantes o por la infección de virus o bacterias (en este caso, puede contagiarse fácilmente).
Los síntomas más frecuentes son:
- Molestia o sensación de tener algo en el ojo.
- Enrojecimiento del ojo o de la superficie interna del párpado.
- Párpados inflamados.
- El ojo segrega un líquido acuoso, parecido al pus.
- Pestañas pegadas y parpados enganchados al levantarse.
- Dolor y lagrimeo
¿Cómo se trata?
Algunos tipos de conjuntivitis desaparecen por sí solos, otros requieren tratamiento farmacológico.
En general podemos decir que va bien:
- Limpiar cuidadosamente el área del ojo con suero fisiológico y una gasa o algodón.
- Se puede poner una compresa fría en el ojo, aunque en los niños esto es un poco difícil.
- Se puede dar ibuprofeno para aliviar la molestia.
Se recomienda acudir al pediatra especialmente si se trata de un recién nacido ya que el tratamiento puede incluir antibiótico en gotas o ungüento.
También si:
- El niño no muestra mejoría en dos o tres días después de recibir tratamiento o en una semana si no recibió ninguna clase de tratamiento.
- Empeora el enrojecimiento en los ojos.
- Aumenta la inflamación de los párpados.
- El niño se queja de dolor severo.
- Se produce cualquier cambio en la visión.
- Aparece una sensibilidad a la luz.
- Se origina dolor de oído (la conjuntivitis y la infección de oído pueden coincidir).
¿Se puede prevenir?
Como toda infección, su frecuencia disminuye si aumentamos los lavados de manos, especialmente antes de tocarse los ojos y después si ya se tiene una conjuntivitis.
Es recomendable no compartir toallitas, toallas o fundas de almohada.
En el caso de que los ojos piquen, lagrimeen o se enrojezcan con frecuencia, conviene consultar con el pediatra pues se puede tratar de una alergia y habrá que tomar una serie de medidas higiénicas para evitar contacto con el polvo, los pólenes e incluso hacer otros tratamientos.
Si suelen estar irritarlos, hay que evitar el contacto con sustancias irritantes: productos químicos, productos de limpieza e humos. Si no hay nada de esto, es posible tener que revisar la agudeza visual por si el niño necesita gafas.
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