Con el frío, en invierno, ¿tenemos que adaptar la dieta de los niños?

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Con el frío, en invierno, ¿tenemos que adaptar la dieta de los niños?

Asociamos el frío a las comidas de cuchara y calientes. Las dietas que aportan más calorías ayudan a nuestro cuerpo a mantener las reservas de calor. ¿Pero los niños necesitan realmente cambiar la dieta? ¿Qué es lo que no puede faltar en una dieta en épocas de frío?

Las necesidades nutricionales de los niños son muy parecidas en cualquier otra estación del año ya que la mayoría de las actividades las realizan a una temperatura ambiente de 23ºC otra cosa seria si las hicieran a 10ºC o menos pues entonces consumirían mucha energía en mantener la temperatura corporal y realmente necesitarían un suplemento calórico.. Pero es cierto que la falta de sol y una menor actividad física, están relacionados con una energía más baja. Los niños pueden estar cansados al final del día, tanto física como mentalmente: les puede costar más levantarse por la mañana y concentrarse durante el día. Un buen descanso y una buena alimentación son clave para ayudar rendir en la escuela, en las actividades extraescolares y en los deportes.

Las Vitaminas: son un grupo variado de sustancias imprescindibles para que las múltiples reacciones químicas, que ocurren en nuestro cuerpo, se realicen correctamente. Las necesidades básicas de vitaminas son muy bajas, la importancia de las vitaminas es que el cuerpo no las puede fabricar y necesita ingerirlas a través de la alimentación o de la exposición solar en el caso de la vitamina D. No hay ningún alimento que las posea todas, lo que obliga a hacer una dieta más o menos variada para que no falte de ninguna. En épocas de frio las frutas y verduras, principales fuentes de aporte de vitamina, pueden escasear

La falta de vitaminas puede dar lugar a enfermedades llamadas carenciales como el escorbuto, la pelagra o el raquitismo por falta de vitaminas C, B, y D respectivamente, enfermedades inexistentes en los países desarrollados y muy frecuentes en países del tercer mundo donde la malnutrición también produce carencias de vitamina A, que es la causante de muchas cegueras y enfermedades por alteración del sistema inmunitario.

El exceso de aporte de vitaminas también puede provocar intoxicaciones, esto ocurre con más frecuencia con las vitaminas liposolubles A y D, pues cuando su aporte es excesivo, quedan retenidas acumulándose en el cuerpo.

Vitamina C: ayuda al normal funcionamiento del sistema inmunitario. Los cítricos como las naranjas, limones o mandarinas y otras frutas como el kiwi, además de algunas verduras como las espinacas, son fuente en vitamina C.

Vitamina A: también contiene antioxidantes, por lo que contribuye a la función de defensa y protección del cuerpo. Las zanahorias y la calabaza son hortalizas ricas en vitamina A,

Vitamina D: Facilita la absorción del calcio y con la exposición a los rayos ultravioletas del sol, nuestro cuerpo puede producir vitamina D. Por eso en invierno, cuando la exposición al sol es menor, se recomienda aumentar la ingesta de alimentos ricos en vitamina D y calcio, como los lácteos el pescado, las legumbres y las semillas.

 

En cuanto a los platos calóricos, son un buen recurso para combatir el frío del invierno, siempre que mantengan los nutrientes. Algunos ejemplos son sopas, potajes o guisos. La sopa, además, hidrata, por lo que es una muy buena opción. Las legumbres y la pasta son buenos acompañantes de la sopa, al igual que las patatas. Los hidratos de carbono son fuente de energía y gustan a los niños. Sobretodo conviene utilizar los de absorción lenta y evitar los de absorción rápida como los azucares refinados.

¿Más cantidad en invierno? No necesariamente. En realidad, sólo si tu hijo practica un deporte de invierno demandará más cantidad: su cuerpo puede necesitar más reservas energéticas. Pero la práctica de un deporte no justifica la ingesta de comida basura pensando que ya lo quemará. Asegúrate de que lo que coma tiene un alto valor nutricional además de calórico Además de calorías, los alimentos que debe consumir tu hijo deben contener vitaminas, minerales y fibra.

¿Y la hidratación? En invierno la sensación de sed es menor, pero el cuerpo sigue necesitando agua para funcionar correctamente. El agua es la mejor bebida, siempre. Pero los zumos de fruta natural también son una opción recomendable, ya que además de hidratar, aportan vitaminas y minerales pero de forma moderada para evitar el exceso de azucares. Siempre es mejor la ingesta de fruta entera y lo que si hay que evitar siempre, son las bebidas azucaradas.

 

 

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