Parásitos en heces en niños y bebés

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Las lombrices en los niños, algo muy frecuente y con tendencia a repetir. Es un problema de hábitos.

Con el desarrollo, las mejoras higiénicas y la adquisición de hábitos personales de limpieza, los parásitos intestinales han ido  disminuyendo su frecuencia en la población, lo que antes era muy frecuente en adultos y niños, lo seguimos viendo, pero mucho  menos, en niños.

Ahora que disponemos de agua potable, caliente y electricidad, la disminución de este tipo de enfermedades hace que aparezcan otras, las enfermedades producidas por parásitos están siendo sustituidas por las alergias.

Las lombrices están en la tierra. Son muchos los tipos de gusanos que pueblan nuestro entorno, pero sólo unos cuantos son capaces de adaptarse a vivir en nuestro intestino. Son los niños los que juegan con tierra por eso son ellos los que más se infectan

Hay dos tipos fundamentales de gusanos capaces de vivir en nuestro intestino: Las lombrices (ascaris y oxiuros) y las tenias (menos frecuentes pero más agresivas).

Las más frecuentes son las lombrices y son de las que tratamos ahora.

 

¿Cómo se infectan los niños de lombrices?

Hay dos formas:

– Directamente de la tierra.

– A través de otra persona que las tiene.

En la tierra hay lombrices y ahí ponen sus huevos. Cuando el niño juega con tierra y luego se mete la mano en la boca o toca la comida y se la come sin haberse lavado las manos,  los huevos de las lombrices pasan al interior de su intestino. Allí las lombrices nacen, crecen, se reproducen y mueren.

Lo habitual es que las lombrices salgan de noche a poner sus  huevos alrededor del ano. Eso produce picor, el niño se rasca, arrastrando los huevos en sus dedos. Huevos que pasan de nuevo a la comida o a las manos de las personas con las que se convive, así se comparten los gusanitos.

El contagio a toda la familia es bastante fácil. Por eso, cuando diagnosticamos lombrices en un niño, se suele tratar a toda la familia y convivientes.

 

¿Síntomas que producen las lombrices?

En algunos casos ningún síntoma. Pero otras veces:

Dolores de barriga.

Picor anal. Especialmente de noche.

Irritación vulvar en niñas, con molestias al orinar.

– Hay quien dice que rechinar de dientes.

– Si las hay en gran cantidad, malnutrición. Pero eso es más frecuente en el caso de las ténias que en el de las lombrices.  Su presencia irrita la pared del intestino haciendo que no funcione bien, con normalidad,  alterando la absorción de determinados alimentos.

 

¿Cómo saber si un niño tiene lombrices?

Lo más evidente es  viéndolas en la caca. Las hay de distinto tamaño. Lo más habitual es que midan menos de un cm de largo y menos de 2 mm de grosor, aunque pueden llegar a ser más grandes. Es fácil verlas por la noche cuando el niño se despierta por picores en la zona genital y el parasito ha salido a poner huevos.

Pero las hay que no se ven a simple vista y tenemos que buscarlas. Más concretamente buscamos sus huevos en la caca.

Para tener “seguridad” de que un niño no tiene lombrices debemos recoger caca de 3 días diferentes, y que no se deben encontrar huevos de lombriz en ninguna de las  muestras.

 

Tratamiento contra las lombrices

Hoy en día existen tratamientos efectivos que varían según el  parásito aislado, vuestro pediatra ya os dará el medicamento y la pauta indicada en cada caso.

El problema es que el tratamiento mata a las lombrices, pero no evita que el niño se vuelva  a infectar.

Si un niño tiene según que hábitos las lombrices volverán a infectar y estar presentes, cada vez que las busquemos, volvemos a encontrarlas, aunque el tratamiento sea efectivo, hay por tanto que cambiar los hábitos del niño y de la familia.

– Jugar con tierra y no lavarse las manos antes de comer.

– Meterse las manos en la boca con frecuencia, chuparse el dedo, morderse las uñas…

– No lavarse las manos tras limpiarse el culete después de hacer caca.

En algunos niños y sus familias es difícil evitar las dos primeras, por tanto plantearse tenerlos limpios de lombrices es casi imposible. Solo hemos de tratar que las lombrices no alteren la salud y crecimiento del niño

Esto es de hecho lo que hacemos con los perros. Prácticamente todos los perros las tienen, y para evitar problemas serios lo que hacemos es desparasitarlos con regularidad. Con esto conseguimos que la población de lombrices, aún estando, no sea capaz de generar daños graves, como dolores intensos o desnutrición.

Se recomienda a los padres mejorar los hábitos higiénicos, sobre todo el lavado de manos antes de las comidas y hacer el tratamiento si los síntomas o las molestias son muy evidentes, y si no es así repetir la búsqueda en heces y desparasitar cada 6 meses mientras nos salga positivo. Los controles tras el tratamiento para confirmar la eliminación y volver a tratar si sale de nuevo positivo significa, en algunos niños, tener que tratarlos todos los meses y eso no tiene sentido.

 

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